Si al mirarte exaltas mi vientre
Como la sed en el sorbo de agua satisface y calma
La codicia hambrienta de ostentarte, acetre
Hervidero fogoso donde se ampara el frenesí del alma.
Te miro con los ojos voraces, libertinos,
Con viciosa inclinación de perdición,
Con ese interés depravado, lujurioso y carnosos,
Atiborrando fantasías la libidinosa ambición.
Y al rosar tu piel preámbulo a mi locura
Se cala como una vibración intensa, propensa
A la intensidad de algún orgasmo de mi calentura
Un poema sumamente pasional. Fuerte, fuertísimo. Exalta todas las sensaciones desde las mismas entrañas
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