lunes, 20 de septiembre de 2010

Pero No...

Las puertas cerradas al alma

No manifiestan asombro, solo un sonrojo apela

La inquietud que sobrecoge al ímpetu postrado,

¡No! No te permito acecharme como una ramera

Sobre las callejuelas solitarias pidiéndome perdón

Ni mucho menos que de hinojos me pidas amor.

¡No! No eres digna merecedora de mi querer,

Y si mi cara no hay visible consternación

Mi alma llora abatía tu infame traición.

¡No! No suelo dar tributo para ser escuchada

Pero tampoco te doy mi veredicto,

Es más fácil conservar la mesura

Aunque después lloren mis ojos desconsuelos.

Pueden ser fugaces los dolores,

Puede ocurrir que sin pensarlo

Las cosas no sean tan amargas

Y al final pueda perdonarte

Sin que el resentimiento me sea estorbo…

¡No!...no creas que sea fácil de convencer

Ni te martirices pensado qué pueda pasar,

Ya lo sabes, me conoces como la palma de tu mano,

Lo sé, siempre he sido total y transparente

Pero no, no doy segundas oportunidades

Y dejar las cosas tan fácilmente como pretendes,

Recoge tus miserias,

Recoge tus promesas,

Tus te amos, las noches frías anhelantes de calor,

Pero no te olvides si al irte con la prisa

Dejas repletas las maletas con tus recuerdos,

Llévate todo, que no quede nada,

Desaloja uno a uno cada rincón

De mi corazón, intenta como hábil ladrón

Dejarme sin nada de valor sentimental

Que pueda delatar mi sufrimiento, quizás

Algo ocasional, nada trascendental

Me traiga al azar algún recuerdo,

Pero no… no pienses que pueda perdonarte…

Pero tampoco dejare entrever alguna seña

Que manifieste que me sigues importando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario